Las profesiones relacionadas con la magia negra y la brujería, de gran tradición y arraigo en este país, son desde comienzos de este año practicadas de forma legal en Rumanía para exigirles ofrecer un servicio más serio y exacto con sus clientes. Este tipo de profesiones no se podrán ejercer en lugares cercanos a escuelas, ni iglesias, y además al ser trabajos legales deberán presentar las facturas de sus clientes a Hacienda y también cotizar a la Seguridad Social rumana como cualquier otro trabajador.
Por si no fuera poco, las brujas rumanas podrán ser sancionadas con multas o incluso penas de cárcel si están equivocadas en sus predicciones, exigiéndoles así cumplir con un servicio más profesional para con sus clientes.
A las brujas este tipo de leyes les ha sentado como si las mandaran directas a la hoguera, y en respuesta a ello prometieron lanzar toda clase de sortilegios y hechizos sobre el presidente al considerar que las han perjudicado.
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